En el libro El principito de Antoine de Saint-Exupéry decía que “lo esencial es invisible a los ojos” y en cierta manera encontramos similitudes con el concepto cultura.
La cultura está formada por los valores, principios y tradiciones presentes en la organización que la dirigen, y condicionan los procesos y relaciones internas. La cultura influye en las personas y sus actuaciones dentro de la organización, se percibe, se ven las acciones derivadas, pero no es palpable. Su papel en la organización es clave para el buen funcionamiento del sistema.
Una manera de hacer palpable la cultura es a través de los valores declarados, aquellos que la organización manifiesta como propios. Frecuentemente encontramos los valores declarados en la web corporativa o en algún documento interno, pero ser declarados no implica que sean los reales ya que en muchas ocasiones se pueden encontrar acciones que los contradicen. Pongamos un ejemplo: una empresa que declara como uno de sus valores principales la transparencia, pero observamos que mantiene toda la información del desarrollo empresarial en absoluto secretismo. Sus empleados no saben si los resultados de la empresa son positivos, los próximos proyectos empresariales, o incluso a qué se dedica todo un departamento. Entonces, ¿cuál es el valor presente en la organización? ¿el declarado?
¿Por qué es importante conocer la cultura organizacional?
La cultura de una organización es el marco de referencia para las personas y da las pautas de cómo deben comportarse, además cumple varias funciones como son:
- Transmitir el sentimiento de identidad con la organización, pasar de los valores individuales a unos superiores que engloban a más personas.
- Facilitar el compromiso de la persona con la organización.
- Ofrecer directrices aceptadas para la toma de decisiones, saber qué es lo aceptable en la organización y cómo actuar en sintonía.
- Mantener unidos los miembros de la organización, fomentar la cohesión interna.
Además, conocer la cultura de nuestra organización nos aporta información sobre el punto de partida para realizar cualquier actuación como nuevos proyectos empresariales, colaboraciones externas, fusiones, o incluso el cambio sobre nuevas políticas internas.
¿Qué sucede cuando las personas no están alineadas con la cultura de la organización?
En general el efecto más común es malestar con la organización y esto puede dificultar la retención del talento. Otros efectos pueden ser dificultades para aplicar nuevas estrategias y cambios organizacionales, falta de resultados, pérdida de eficacia interna, etc. En definitiva, hay una pérdida de energía de las personas al tener que adaptarse a una cultura con la que no se sienten alineadas.
¿Cómo se fomenta la cultura organizacional?
La cultura de una organización requiere de un proceso de aprendizaje e identificación a través de informaciones e interacciones donde se va transmitiendo los valores y creando una cultura compartida.
Es por tanto clave para la creación de una cultura compartida el papel de la dirección, ya que tiene gran peso en los procesos comunicativos, en la capacidad de organizar actividades donde crear y compartir valores, etc.
Creantum como especialistas en gestión del cambio acompañamos a las empresas en este proceso:
- Analizando la cultura actual a través del modelo Barret
- Colaborando con dirección para establecer los objetivos a nivel de cultura
- Identificando los GAP entre cultura actual y cultura deseada.
- Diseñando e implementado un plan de acción para lograr la cultura deseada.